Incluso los integrantes de las más perfectas parejas pueden llegar a sentir en un momento dado la chispa de la atracción hacia otros. ¿Puede existir el enamoramiento sin ningún tipo de contacto sexual? Y de ser así: ¿lo consideraríamos una infidelidad? Hoy, día de San Valentín, vamos a hablar de enamoramiento… con terceros.
Aun que a nivel teórico deberíamos afirmar que existen los enamoramientos alternativos, puesto que el ser humano ha demostrado la capacidad de experimentar todos sus signos tanto cognitivos (idealización del objeto del deseo, perdida de concentración, atención focalizada…) como fisiológicos (taquicardia, hipersensibilidad, segregación hormonal…), independientemente de si se encuentra con una pareja estable o no, en el momento en que se desarrolla esto que llamamos el enamoramiento: un sentimiento que va un paso más allá de la simple atracción por ese compañero de trabajo, tras el encuentro con alguien del pasado o con esa persona que acabas de conocer recientemente.
Teniendo eso en cuenta, mi opinión es que el amor y la idea del enamoramiento son constructos socialmente elaborados y por lo tanto: aprendidos y con un enorme componente subjetivo. Por eso mismo entiendo que esta idea de infidelidad emocional o enamoramiento alternativo, no es absoluta y universal; pudiendo haber personas que no se vean reflejadas en ellas y para quienes la manida frase de “Yo solo tengo ojos para mi pareja” pueda ir más allá del mero convencionalismo.
Para explicarlo llanamente, con eso quiero decir que a pesar de existir evidencias de enamoramientos alternativos, puede haber personas con una idea del amor y las relaciones tal, que les impida enamorarse de terceros individuos.
Pero… y en el supuesto que uno de dichos enamoramientos hacia un tercero tuviera lugar por una de las partes de la pareja ¿estaríamos hablando de infidelidad? Mi respuesta a esta pregunta sería que: depende del acuerdo implícito que haya dentro de la pareja y las expectativas y significados que le otorguen cada uno de sus miembros.
En los extremos tendríamos a parejas donde el simple hecho de fantasear con otros, incluso con figuras ficticias o inalcanzables es considerado una falta a la sinceridad y el respeto al otro; y por otra parte, los habrá quienes no consideran una amenaza el que uno o ambos miembros de la pareja puedan tener relaciones o incluso encuentros sexuales con terceros. Sería el ejemplo de algunos swingers.
Eso de relativizarlo todo está bien, pero puede que os estéis preguntando: ¿y qué sería lo normal? ¿los españoles castigamos o permitimos la infidelidad emocional?
Según un estudio de la Universidad de Málaga,* en promedio, los hombres viven peor la infidelidad de tipo sexual, mientras que a las mujeres les preocupa en mayor medida la infidelidad emocional.
Y el hecho de que mujeres y hombres interpreten de formas distintas los diferentes tipos de infidelidad, no es más que un indicador de que la crianza y los valores transmitidos de forma diferencial según el género, son rasgos subjetivos que influyen en los juicios sobre los límites en las relaciones de pareja.
Por lo tanto y cada uno con sus creencias, enamoraros de quien os convenga y tened una vida sentimental/romántica plena y satisfactoria. Feliz San Valentín a todos.
*“Reacción de celos ante una infidelidad: diferencias entre hombres y mujeres y características del rival” García Leiva, Patricia; Gómez-Jacinto, Luis; Canto Ortiz, Jesús María. 2001 – Fuente: Psicothema, 2001, 13 (4): 611-616, 35.
Pingback: Superar los celos patológicos |
Pingback: *“Reacción de celos ante una infidelidad: diferencias entre hombres y mujeres y características del rival” | antologiadelasuperacionpersonal