¿Los psicólogos debemos utilizar todos aquellos recursos capaces de provocar un cambio en la dirección deseada, independientemente de su validez? ¿Qué terapias alternativas son recomendables? ¿Dónde está el límite?
He estado dándole vueltas a esta discusión desde hace unas semanas, y lo cierto es que cualquier tipo de terapia difícilmente va a empeorar los síntomas del paciente por sí sola. Es más: se ha demostrado, y los que trabajamos con pacientes podemos corroborarlo, que el proceso terapéutico en sí mismo y sin necesidad de que se trabaje nada en particular, suele tener consecuencias positivas.
Supongo que este es el motivo por el que muchos de los psicólogos con los que he trabajado, no desaconsejan e incluso alientan al paciente a no abandonar terapias alternativas (acupuntura, yoga, homeopatía, meditación, reiki…) o continuar leyendo libros de autoayuda de dudosa calidad. “Si eso le sirve al paciente y le hace sentir mejor…”
En nuestro propio ámbito se están utilizando técnicas de improbable calidad científica con elevadas dosis de sugestión por parte del terapeuta e incluso por parte de terceros, como sería el caso de las constelaciones familiares o la hipnosis.
Por supuesto, todas ellas pueden ser técnicas muy potentes y que remuevan e impresionen mucho a los pacientes, pero en mi opinión, deberíamos ser más serios y concienciarnos sobre lo que estamos haciendo o recomendando. Por mucho que nuestro campo de trabajo parta de la subjetividad intra-individual, lo que nos distingue de otros ámbitos mágico-religiosos y pseudo-científicos es la rigurosidad y la profesionalidad; y esto pasa por reconocer los mecanismos que subyacen al cambio.
¿Y tú, estás a favor o en contra de las prácticas menos científicas? ¿Cuáles son las técnicas que jamás aceptarías en una consulta?
Una interesante y NECESARIA REFLEXIÓN por cuanto no paran de surgir chamanes, iluminados, orientalistas, y toda clase de pseudoprofesionales que venden la felicidad a precios más o menos asequibles con el gancho de la rigurosidad de la psicología. Ojo que los Colegios Oficiales de Psicólogos están apadrinando muchas de estas actividades (Gestlat, Constelaciones familiares,…)
Exacto, ya que los colegios parecen adoptar todo aquello que les trae negocio, a nivel personal deberíamos ser un poco críticos y poner nuestros própios límites
Yo siempre he sido de: si funciona, ¿por qué no?. Pero es cierto que eso puede traer consecuencias negativas. Hace poco leí un artículo sobre esto que decía que debemos ser más profesionales. Si tanto defendemos que la psicología es una ciencia y tiene carácter empírico no podemos ir por ahí vendiendo humo para que el paciente se vaya contento. Porque puede ser que se vaya contento ese día pero ¿de verdad le estamos ayudando?.
yo creo que no… en primer lugar vender humo supone una falta de ética por nuestra parte: el paciente tiene derecho a unas garantías sobre el tratamiento, y por otra parte es como tirar piedras sobre nuestro propio tejado, solo nos desprestigia como profesionales.
Genial el artículo, aún estoy en segundo de carrera pero esta es mi postura y la de muchos de mis profesores, no se puede vender humo lo que se aplique que este probado a no ser que sea para un estudio en el que se pretenda demostrar si es útil. Chapó me quito el sombrero ante tu post.
Sin duda, yo siempre utilizo técnicas científicamente avaladas. Honestidad, garantías. La psicología es una ciencia.
totalmente de acuerdo contigo
Me parece una falta completa de ética hacerse llamar “profesional” utilizando pseudotratamientos que no disponen de una sola investigación que pueda probar (O al menos indicar, dejar entrever) su eficacia clinica. Por mencionar un ejemplo: la PNL. Alguien podría decirme que usar sus técnicas le dio resultado, pero un buen investigador sabe que con eso solo no basta en absoluto, hay muchísimos factores o variables que hay tomar en cuenta para poder llegar a reconocer que la mejoría es causa directa de cualquier tipo de tratamiento -descartando, además, los efectos del placebo-.
Es indignante que en psicología “todo o casi todo valga” y lo grave es que la gente no sabe reconocer todas estas cuestiones (Ni hablemos de toda la influencia cultural que un tratamiento pueda tener. En Argentina por ejemplo, para la gente ser psicólogo es NECESARIAMENTE ser psicoanalista), pero así están las cosas por el momento.
Exacto. Aquí en España donde la corriente mayoritaria es la cognitivo-conductual uno creería que nos movemos más por validez y fiabilidad, pero tristemente no es así y sigue habiendo mucha terapia alternativa.