Toda disciplina científica recurre a clasificaciones. Con ellas, identifica y describe los distintos fenómenos que estudia, a la vez que facilitan un lenguaje común entre los expertos. Sin embargo, hay que reconocer que en algunas áreas se ha llegado a extremos que parecen un tanto absurdos ¿Es el caso de las parafilias?
Las parafilias son filias (gustos) que van más allá de lo aceptado. Dan lugar a comportamientos sexuales que en teoría son minoritarios. En definitiva, se trata de la clasificación científica para referirse a desviaciones, perversiones o preferencias sexuales poco comunes. El problema es que en el terreno de la intimidad de la sexualidad y la pareja, probablemente tengamos dificultades en distinguir qué es lo normal y qué no.
Las parafilias son mucho más habituales de lo que en general pensamos y la mayoría son inocuas e inofensivas, si exceptuamos a las que se realizan contra la voluntad de alguien o implicando a terceras personas sin capacidad de elección ni madurez suficiente y que por lo tanto pueden sufrir un grave daño, como es el caso de la pedofilia. Además, los criterios para considerar si una conducta sexual es parafílica han variado a lo largo de la historia y en las distintas sociedades. Por ejemplo, prácticas como la masturbación y el sexo oral se consideraban parafilias hasta mediados del siglo XX, y en la actualidad, salvo que la sexualidad de la persona se limite exclusivamente a ellas y no se encuentre placer en otras prácticas, ya no es así.
Teniendo en cuenta todo esto, el manual diagnóstico y estadístico de desórdenes mentales (DSM), algo así como un catálogo que clasifica las enfermedades psiquiátricas y que recoge los últimos avances, reconoce actualmente ocho parafilias distintas: el fetichismo, el travestismo fetichista, el voyeurismo, el exhibicionismo, el sadismo sexual, el masoquismo sexual, la paidofilia y el frotteourismo. Además, hay una categoría adicional que incluye trastornos mentales menos frecuentes, como la escatología telefónica (excitación por realizar llamadas obscenas), la necrofilia (deseo sexual por cadáveres) y la coprofilia (excitación sexual ante las heces).
1.1. Exhibicionismo
Es una conducta que se caracteriza por un alto nivel de excitación a través de la exposición de los genitales a una persona de forma espontánea y sucesiva. Suele predominar en niños y adolescentes como máximo 20-30 años. Se da con más frecuencia en hombres y en lugares públicos. Se ha descrito a estas personas como tímidas, retraídas y dependientes.
1.2. Voyeurismo
Se caracteriza por la excitación de una persona al contemplar personas desnudas o realizando algún tipo de actividad sexual, el riesgo de ser descubierto actúa como un potenciador de la excitación. Comienza en la adolescencia pudiendo ser pasajero o crónico. Suelen ser tímidos y con cierta dificultad para iniciar o mantener relaciones de pareja.
Recientemente se ha reportado una práctica en algunas ciudades que consiste en personas que frecuentan lugares donde las parejas van a tener relaciones. Esta práctica derivada del voyeurismo ha recibido el nombre de Dogging o cancaneo.
1.3. Froteurismo
Consiste en la excitación erótica a través del rozamiento del órgano genital con el cuerpo de otra persona sin su consentimiento. Estas actividades se suelen realizar en lugares públicos como puede ser el metro, discotecas o el autobús. El froteurismo va acompañado de masturbación ante el recuerdo. Afecta a hombres de entre 15-20 años.
1.4. Fetichismo
Es la persona que se excita observando y manipulando los objetos inanimados como ropa interior femenina. Suelen masturbarse mientras tocan la prenda en cuestión. Suelen ser hombres heterosexuales. Dentro de esta podemos definir el fetichismo transvestista que consiste en ponerse ropa interior del sexo contrario cuando están solos o cuando realizan el acto con su pareja.
1.5. Paidofilia
También conocido como pedofilia. Se llama así al trastorno caracterizado por la excitación o placer sexual a través de fantasías y conductas que implican la actividad sexual entre un adulto y un niño de entre 8-12 años.
1.6. Sadismo
Es la necesidad de infligir daño a otra persona para excitarse sexualmente. Implica impulsos sexuales y comportamientos que implican actos reales con o sin el consentimiento de la víctima. La persona que ejerce el sadismo puede violar o no a la víctima, incluso masturbarse o penetrarla con objetos.
1.7. Masoquismo
El masoquismo implica la necesidad de ser humillado, atacado o maltratado para obtener placer sexual.
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