El sexo vende, y gracias a la reciente popularidad del fenómeno “cincuenta sombras” podemos ver que cada vez se comercializa de formas más abiertas y explícitas. La polémica y la fama del redescubierto género literario van de la mano, pero ¿qué dicen los defensores y detractores del bautizado porno para mamás? ¿Es tan distinto de la pornografía convencional?
Es cierto que no se trata de nada nuevo, solo remontándonos unas cuantas décadas atrás encontramos novelas de contenido tan explícito y argumentos mucho más perniciosos como la obra de Almudena Grandes “Las edades de Lulú”, o “La bella durmiente” de Anne Rice, pero sería una terrible equivocación despreciar por ello una saga de libros como “cincuenta sombras de Grey” que ha liderado la lista de best sellers del New York Times durante 69 semanas y se calcula que ha vendido alrededor de 100 millones de copias alrededor del mundo.
Inevitablemente la controversia desatada al respecto resulta sorprendentemente parecida, por no decir idéntica a la que encontramos en la pornografía tradicional. Se denuncia el abuso de poder, la falta de equidad femenina, la coerción y la violencia sexual; tachando el libro de inapropiado y en los casos más radicales poniendo en duda la moralidad de sus lectores.
La objetivización/cosificación de las personas (normalmente la mujer) es una de las principales ideas que encontramos tanto en la pornografía como en la novela erótica y no hay que extrapolarla a la cotidianidad, pero lo cierto es que igual que éste, ambos géneros están cargados de mitos y falsas creencias:
MITOS | |
Pornografía | Literatura erótica |
Siempre listos para la acción: la erección y lubricación nunca son un problema | Existe el hombre perfecto: el príncipe azul. |
Todas las mujeres son multiorgásmicas de gemidos incontrolables | Las personas cambian por amor: y si te quiere, cambiará por ti. |
Todos los actores están bien dotados: cuerpos esculturales y atributos sexuales envidiables. | Hay lectura del pensamiento: el otro es capaz de anticipar mis deseos sin necesidad de verbalizarlos. |
Todo es sexo duro y posturas circenses. | El amor a primera vista: la media naranja o la conexión predestinada. |
Todo son finales felices y los orgasmos simultáneos. | Todo son finales felices y la pareja siempre prevalece |
La duración del coito es extraordinaria: auténticas maratones sexuales son lo habitual. | Todo son emociones y sensaciones sobrenaturales. |
Dichos conceptos pueden conllevar expectativas idealizadas de las relaciones, que tomadas al pié de la letra acarrearían terribles dosis de frustración, por eso es importante que los consumidores sean críticos, algo que se consigue mediante una correcta educación sexual y de aquí su gran importancia.
¿Cuándo se convierte realmente en un problema?
Es cierto que en casos límite, sobretodo el consumo de pornografía (por su mayor variedad, accesibilidad e inmediatez) pero también de literatura erótica, puede constituir un problema y eso es cuando interfiere de forma relevante con la cotidianidad de la persona o la desatención de otras actividades u obligaciones. En estos casos estaríamos hablando de adicción o dependencia, y algunos de sus síntomas se han equiparado a los de las drogas: conflictos de relación, irritabilidad, cansancio, mentiras, desinterés por otras actividades, etc.
¿Qué hay de bueno en todo ello?
Al leer lo anterior uno puede pensar que todo es malo en los relatos eróticos, nada más lejos de la verdad, la pornografía en todos sus formatos: vídeo, libro, cómic, audio:
- Estimula a personas con problemas: puede ser una alternativa eficaz para personas que no pueden acceder con facilidad a otro tipo de relaciones sexuales y una herramienta más para los tratamientos de la disfunción eréctil, la falta de deseo o la eyaculación precoz.
- Fomenta la imaginación: da nuevas ideas, estimula la creatividad y proporciona alternativas a parejas estancadas en la monotonía.
- Rompe tabús: pone de manifiesto algunas conductas estigmatizadas, el BDSM en el caso de cincuenta sombras por ejemplo, y ayuda a que se hablen de forma libre y abierta.
- Promueve el autoconocimiento: el juego de la seducción sirve para descubrir lo que nos gusta y lo que no, mejorando así ostensiblemente nuestras vidas y las de nuestras parejas.
- Canaliza deseos frustrados: es una forma de derivar pulsiones no deseadas o socialmente inaceptables. Algunos estudios han demostrado que la despenalización de la pornografía se traduce en un menor número de abusos sexuales.
Así pues, tanto la pornografía como la literatura erótica son herramientas cuyo buen o mal uso depende de sus consumidores, en todo caso es positivo que las mujeres hayan encontrado y sigan buscando y promoviendo vías alternativas como el porno feminista o narrativa sexual en respuesta a una necesidad cuyo mercado hasta hace poco tiempo estaba monopolizado por y para hombres.
*Os dejo el enlace al podcast del programa de radio donde debatimos éste mismo tema: Programa “El Mirall” en Radio Sant Feliu (catalán)