Parece ser que la respuesta es sí. El cerebro comparte las mismas áreas de activación sináptica ante la presentación del estímulo al que el sujeto es adicto cuando se comparan adictos a la pornografía con adictos a distintas substancias: alcohol, nicotina y cocaína.
Esto me parece interesante puesto que podría modificar la clasificación diagnóstica de ciertos trastornos y por lo tanto su modelo de tratamiento; sin embargo, tras ver el docu-reportaje que narra dichos hallazgos “Porn on the brain,” da la impresión que se pretende utilizar la obtención de éstos resultados como un argumento político con el que hacer campaña contra la pornografía en Gran Bretaña, lo cual me parece nefasto.
Desde mi punto de vista, si bien el porno presenta algunos problemas de contenido: perpetuación de roles, falsas expectativas y sobre/des-información. Creo que su persecución responde a razones ideológicas y religiosas que no tienen en cuenta otros muchos factores positivos como los descritos en el artículo “porn: good for us” de la revista the scientists, donde se revela que hay estudios demostrando la relación inversamente proporcional entre disponibilidad de pornografía y número de crímenes sexuales en distintos países.
Cierto, la pornografía …mal utilizada en el documental para referirse a: sexo, puede resultar adictiva, como cualquier estímulo que tenga consecuencias agradables. Sin embargo, está muy lejos de pudrir los cerebros de la juventud de hoy en día, y muchos autores opinarían justamente lo contrario, reafirmando los efectos positivos de la masturbación en el alivio del estrés, la disminución del acoso sexual, la auto-exploración y el auto-conocimiento.
Notícia diario “The independent”
Buen artículo compañero! Ante todo me gustaría poner el acento en la mirada crítica, en relación a éste y a cualquier otro tema y cómo se utilizan los diferentes estudios para intentar perpetuar la mentalidad retrograda, con una gran influencia de la iglesia, para trabajar en pro de la represión sexual.
Viva la pornografía siempre que sea de realización libre y consumida con responsabilidad y reflexión crítica con la realidad.
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