Quien más y quien menos, todos conocemos de la existencia de las personas “trans” y tenemos una idea de qué significa la transexualidad. Pero son menos quienes saben que la transexualidad como tal, es solo una de las muchas formas de entender las infinitas realidades del género. Sin embargo aún más importante es que más allá de la curiosidad que pueden despertar las identidades trans; hay vidas, emociones y experiencias. En este artículo queremos reflexionar sobre cómo se sienten las personas que hay tras un conflicto de género.
¿Trans qué…? Transgénero
Con ese término se ha decidido englobar las distintas expresiones e ideas sobre la ambivalencia o desajuste de género, idea dentro de la cual hay una enorme diversidad de formas de expresar, entender y vivir esa falta de ajuste con el sexo biológico como veremos más adelante. Pero antes que nada es necesario hacer un par de apuntes sobre la terminología básica que vamos a utilizar:
- Identidad de género: experiencia personal de ser hombre, mujer u otro en cuanto a conductas, roles y atributos asociados a un género determinado (masculino/femenino/otros)
- Sexo biológico: anatomía y fisiología determinadas desde el nacimiento a nivel cromosómico, orgánico y hormonal. (hombre/mujer/intersexual)
- Orientación sexual: patrón de atracción sexual basado en la idea de género (homosexual/heterosexual/bisexual)
Cuando hablamos de Transgénero por lo tanto, estamos refiriéndonos a un grupo de identidades de género donde el sexo biológico no se corresponde con el género asignado tradicionalmente.
Como decíamos al principio, la transexualidad sería uno de los tipos según el cual hay disconformidad con el sexo asignado y se produce cierto grado de rechazo al mismo, queriendo modificar el propio cuerpo a través del proceso de reasignación de género (cirugía completa y tratamiento hormonal)
En el travestismo en cambio, se está cómodo con el sexo biológico asignado y simplemente se expresa otra identidad de mediante un vestuario y conductas del otro género; muy similar a l@s drag queen/king cuya idea está más ligada al mundo del espectáculo y a su práctica esporádica.
El género-queer serían aquellos casos en los que la persona se considera fuera del binomio de género, no es ni hombre ni mujer, sino un tercer género que puede representar una mezcla de ambos mundos o algo totalmente distinto, abriendo así todo un abanico de posibilidades e interpretaciones de lo más personales que han recibido multitud de etiquetas:androginia, multigénero, desconformes con el género, personas de dos espíritus…
Esta multitud de nomenclaturas, en nuestra opinión es un reflejo más de la complejidad que abarca este ámbito en el que no solamente es difícil ubicarse cuando uno enfrenta a lo largo de su vida la tarea de comprenderse a sí mismo, sino que además hay que añadirle la dimensión de la orientación sexual que multiplica aún más la cantidad de posibilidades: Transexual MaH (mujer a hombre) bisexual, transgénero HaM (hombre a mujer) homosexual, etc.
Con todas las dudas que entrelazan ambos mundos: ¿y si me identifico más con los hombres porque me gustan las mujeres? ¿y si me comporto como una mujer porque no muestro tanto interés en la sexualidad como el prototipo de hombre?
Desarrollo:
Según algunos estudios*, la identidad de género se empieza a establecer en la primera infancia, donde no se suele experimentar de forma negativa a pesar de la posible incomprensión de la familia que a esta edad no se acostumbra a percibir.
En la escuela suelen empezar los conflictos: el no encajar con unos ni con otros, las burlas, la búsqueda de una identidad muy compleja de asumir, la ambigüedad.
La “salida del armario” para muchos puede representar un gran alivio y liberación que para otros no se completara hasta conseguir el cuerpo con el que se sienten realmente identificados.
Pero aquí no terminan los conflictos, en la edad adulta hay que lidiar con una sociedad con prejuicios y discriminación hacia el colectivo, abrirse camino en un mundo laboral todavía más cerrado, equilibrar la eterna balanza entre la aceptación y la perfección, adquirir el reconocimiento público de un nuevo nombre, encontrar una adecuada forma de vestir y de comportarse, luchar por los derechos de lo que representas… En definitiva, una desproporcionada odisea que en ocasiones acaba tomando muchos más ámbitos de la propia identidad que los estrictamente correspondientes al género. Se vuelve un modo de vida, una meta a conseguir a veces a cualquier precio. Por todos estos motivos e impedimentos, algunas patologías son mucho más frecuentes en personas trans: depresión, intentos de suicidio, trastornos sexuales, ansiedad a ser juzgado/aceptado/reconocido.
Por otro lado, las dificultades curten a esas personas que habitualmente adquieren una desmesurada resiliéncia y empatíahacia los demás, a la vez que gozan de una libertad, plasticidad y capacidad de adaptación únicas en cantidad de ámbitos distintos: social, sexual, laboral…
Conclusión:
La población transgénero representa una enorme complejidad tanto a nivel inter como intra-personal, sus historias de vida y su relación con el mundo son más diversas y matizadas de lo que pueda parecer a simple vista. Eso significa que nuestros juicios ante los dilemas y problemáticas que puedan presentar no deberían tomarse a la ligera, al contrario, tendrían que ir acorde con dicha complejidad.
*”Muchas formas de transexualidad: diferencias de ser mujer transexual y ser mujer transgénero” Noseda Gutierrez (2012)
Post Original y más información sobre Transexualidad y transgénero en: http://www.psinesia.es/2015/10/transgenero/ por: Esteve Planadecursach, psicólogo y sexólogo.
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