Alquilar sirvientes masculinos como alternativa a los clásicos strippers es la propuesta llevada a cabo por la start-up americana ManServants* Al mismo tiempo que en el estado Español se promueve por ley (3/2007) la mayor presencia femenina en campos como la administración, la producción artística o el deporte. Dos propuestas muy distintas, pero con un trasfondo común: el empoderamiento de la mujer.
Histórica y culturalmente la mujer ha sido maltratada socialmente, quedando relegada a una posición de vulnerabilidad e inferioridad de derechos, algo que gracias al movimiento feminista de los 60’s se resolvió con la equidad de deberes y derechos a nivel legal. Sin embargo, todos estos años de represión han establecido grandes diferencias en cuanto a la repartición del poder
¿Cómo podemos resolver estas diferencias residuales largamente instauradas?
Los dos ejemplos citados en la introducción son el paradigma de las corrientes que se pueden tomar ante un conflicto de intereses como éste.
Por un lado tenemos la discriminación positiva: meter con calzador, obligatoriamente o por ley, a mujeres en campos que tienen menor interés para su sector poblacional o en detrimento de hombres que quizás estén mejor preparados para desempeñar las mismas tareas; abanderando dicho trato preferencial con la enseña de la “igualdad”. Pretendiendo que el colectivo desfavorecido, las mujeres en este caso, adopten la conducta y estructuras de poder construidas por los hombres.
Por otro lado, tenemos el empoderamiento orgánico: el que parte del autoconocimiento y reconocimiento de las diferencias entre géneros. Teniendo en cuenta que somos distintos, este enfoque no pretende adoptar los esquemas masculinos de funcionamiento, sino que promociona las propias fortalezas, gustos y preferencias de lo femenino, buscando una nueva forma de adquirir y ejercer el poder que históricamente les ha faltado a las mujeres, pero sin buscar la androginia, y manteniendo el orgullo de género.
Efectivamente los hombres se excitan con mayor facilidad mediante estímulos visuales y sus necesidades sexuales son distintas a las de las mujeres. Por lo tanto, es totalmente comprensible que muchas mujeres no se sientan identificadas con el modelo de despedidas de soltero/a con strippers que se han venido llevando a cabo mayoritariamente por hombres.
Ante este nicho de mercado, establecer un nuevo esquema de negocio es precisamente un buen ejemplo de verdadero empoderamiento, sin embargo y en mi opinión, debemos vigilar que estos nuevos enfoques de género no caigan en el mismo error que cometieron los masculinos, y recordar que no se trata de una lucha donde unos ganan cuando los otros pierden, sino un proceso de cambio en el que todos podemos mejorar y aprender.
Yo esa imagen la pensé mucha veces, una chica vestida y muchos tíos poniéndole los glúteos en la cara. Seria una forma de que la sociedad se diera cuenta de que se abusa del cuerpo femenino como reclamo, ya casi se está vulgarizando.
Si, por suerte yo tengo la impresión que el modelo va cambiando. Al menos eso parece en algunos ejemplos de mujeres en los medios y películas.
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