Últimamente me he estado preguntando lo siguiente: ¿Encajar en el mundo nos predispone a la felicidad? Esta claro que una persona puede pertenecer a una minoría, comportarse o pensar de una forma muy singular y ser plenamente feliz. Por lo tanto, la normalidad no es una condición para ser feliz, pero ¿podría ayudar a alcanzar dicho objetivo?
Me doy cuenta que estamos entrando en un terreno muy abstracto y casi filosófico (¿qué es la felicidad? ¿y la normalidad?) sin embargo intentaré ceñirme a ejemplos y escribir con concreción, ¡no prometo nada!
Uno de los pilares de la psicopatología y por donde empiezan todos los cursos de esta rama clínica, es la definición de lo “normal”. De hecho en ingles se usa el termino: Abnormal Psychology (psicología de lo anormal), para explicar y estudiar los trastornos mentales. Unos trastornos que se clasifican y tipifican en los manuales diagnósticos (DSM5-CIE10) según principios estadísticos de normalidad.
¿Qué quiero decir con eso? pues que la mayoría de psicólogos nos planteamos el tratamiento de la salud mental basándonos en el criterio de qué es normal.
Paradójicamente, esta no es la demanda que suelen hacer nuestros pacientes. Ellos quieren ser felices y/o aliviar su sufrimiento.
Que absurdo entonces tratar esa demanda intentando moldear a los pacientes para que se ajusten a los cánones. Estaréis de acuerdo conmigo en que resulta un poco ridículo tratar de modificar las conductas o pensamientos que los hacen únicos y especiales, y que son un ejemplo de la diversidad de la naturaleza humana y les proporcionan identidad y carácter.
Por otro lado, me pongo a buscar estos ejemplos que se salen de la norma y me doy cuenta que muchas veces lo pasan mal:
- Los principales factores de riesgo del acoso escolar son padecer algún defecto físico, un trastorno psiquiátrico (TDAH, oposicionismo, conducta, ansiedad) o pertenecer a una familia des-estructurada.
- El riesgo de suicidio en personas transexuales se multiplica por nueve, y en población homosexual por tres.
- Se ha acuñado un término Síndrome de Ulises, para definir los estados ansioso-depresivos de las personas que han migrado de su país.
Esto hace que me pregunte si ¿La diferencia/minoría lleva intrínseco un cierto grado de ostracismo e insatisfacción? ¿o si tal vez estos datos sean un reflejo de una sociedad inmadura y enferma?
No me sorprenden pues afirmaciones como las de Tenzin Gyatso, decimocuarto Dalai Lama, ante el tópico de si el budismo está de moda.
“En principio pienso que es mejor que cada individuo permanezca fiel a su cultura y a su propia religión. Pero no debemos olvidar que se puede aprender siempre de otras religiones.”
En resumen, la diversidad en la mayoría de los ámbitos (psicológica, sexual, cultural y religiosa) puede estar relacionada con mayor probabilidad de acoso, ansiedad, o ideación suicida; pero también con otros valores deseables como la autenticidad, creatividad o una identidad sólida. Incentivar estos últimos aspectos positivos, reduciendo al máximo posible los riesgos, será lo que genere mayores cuotas de felicidad.
Bibliografía:
Entrevista completa Dalai Lama
Estudio sobre los “Factores de vulnerabilidad y riesgo asociados al bullying”
Estudio sobre el “Acoso escolar y su asociación con trastornos psiquiátricos”
Artículo sobre suicidio en población transexual y homosexual
Más información sobre el Síndrome de Ulises
Escrito por: Esteve Planadecursach Soler